jueves, 5 de septiembre de 2013

Pazo de Fefiñans, a legendary centenary palace with its beautifull gardens.

Una tarde noche de finales de agosto es perfecta para visitar uno de los palacios gallegos más emblemáticos que forma parte además de uno de los conjuntos escultóricos más impresionantes del barroco.

Fefiñans fue construido en el siglo XVII tras haber sido fundado el mayorazgo en el año 1562. Sus paredes guardan la vida de las familias de los Vizcondes de Fefiñanes, los Marqueses de Figueroa y de la Atalaya y de otros nobles que han pasado a las letras de la Historia.

Actualmente el Pazo de Fefiñans presenta una de las mejores muestras de conservación, en gran parte debido al cariño que muestran sus actuales propietarios herederos de un legado histórico único.


Entre muros de piedra y suelos de antiguas maderas discurre un sin fin de salas y salones exquisitamente decoradas con antiguos retratos y finas piezas de porcelana. De todas las estancias destaca la Sala del Papel Pintado que como su propio nombre indica se trata de un salón cuyas paredes aparecen cubiertas por un exótico papel pintado con escenas orientales muy a la moda del siglo XIX y cuyo origen es confuso, quizás París quizás Inglaterra.

Un gran salón con una sala de café adyacente nos dan paso al huerto en el que podemos ver una de las primeras cepas de vino Albariño, los caldos que dan fama a la zona .

El vino fue exportado desde el Pazo por primera vez en el año 1928.

Junto a las vides un hermoso jardín romántico con especies exóticas y balaustres de granito serpenteando con frutales que desprenden un especial aroma.

Tras pasar un pequeño portal nos adentramos en el bosque, hermosa muestra de la naturaleza gallega con árboles impresionantes como el centenario fresno catalogado por los biólogos como uno de los más antiguos de la comarca.

Y allí nos perdemos entre viejos robles y un hermoso pasillo con bóvedas de boj.




 The palace was built in the seventeenth century. Today is one of the finest examples of  Baroque architecture and inside lurks the legacy treasured by the family for centuries: a beautiful ancient forest.





La proximidad del mar es palpable en el ambiente, este es sin duda un palacio marino.
 En la terraza de la destilería se pueden probar los vinos de la Casa y excelentes delicatessen gallegas.




















Photography: mi mundo Monicreque